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El Gobierno Británico da su aprobación a una manipulación genética para obtener embriones procedentes de “tres parentales”

Por Jennifer Lahl (President of the Center for Bioethics and Culture Network) y Gene Tarne (analista senior del Charlotte Lozier Institute) -publicado en The Center for Bioethics and Culture, el 1 de Abril de 2013

La Human Fertilisation and Embryology Authority (HFEA) del Reino Unido, que supervisa los tratamientos de fertilidad y la investigación con embriones en esa nación, ha aprobado recientemente un procedimiento de fertilización combinando una tecnología de ingeniería genética de clonación (transferencia nuclear) con la modificación de la línea germinal, que daría por resultado un “embrión con tres-parentales”, dos madres y un padre.

Los autores de tal paso sin precedentes justifican su abordaje por razones terapéuticas: los procedimientos de fertilidad previstos se dirigen a crear embriones libres de defectos en el ADN mitocondrial que podrían dar lugar a enfermedades y a defectos serios tras el nacimiento.

La mayoría del material genético de una célula se encuentra en su núcleo. Las mitocondrias son unos orgánulos que se mantienen fuera del núcleo (en el citoplasma), sirven para proveer la energía a la célula y contienen una pequeña cantidad de material genético (ADN mitocondrial). Tras la fecundación natural solo se transmiten a la descendencia las mitocondrias maternas –del óvulo-, ya que los espermatozoides solo aportan núcleo pero no citoplasma. De este modo, si las mitocondrias de la madre tienen defectos éstos puede dar lugar a enfermedades eventuales en el niño que hereda de ella las mitocondrias dañadas.

Unos investigadores de Gran Bretaña han desarrollado un método que trata de remediar esto y de crear un embrión libre de defectos mitocondriales. Para alcanzar ésto (ver figura), los investigadores utilizan una técnica de reproducción llamada de transferencia pro-nuclear (PNT): el esperma del padre se utiliza para fertilizar el óvulo de la madre que contiene las mitocondrias defectuosas, creando un embrión. Además, se fertiliza un segundo óvulo de una donante, conteniendo mitocondrias sanas, produciendo un segundo embrión. A continuación se eliminan los núcleos de ambos embriones. El núcleo del embrión con el ADN mitocondrial defectuoso se transfiere al otro ovocito enucleado que posee ADN mitocondrial sano. El embrión que resulta tras esta operación se implanta en la madre. Este embrión tiene los materiales genéticos de dos madres (el ADN nuclear de una madre y el ADN citoplásmico de otra) y de un padre (ADN nuclear). De ahí la denominación de “embrión de tres parentales”.

El procedimiento es actualmente ilegal en Gran Bretaña, pues la ley británica prohíbe la implantación de los embriones con material genético modificado, como lo hace este procedimiento. La HFEA está procurando que cambie la legislación para permitir que este procedimiento se convierta eventualmente en un tratamiento rutinario de la fertilidad. Mientras que el objetivo de intentar prevenir enfermedades de origen mitocondrial es por supuesto digna de tener en cuenta, han saltado numerosas alarmas éticas por el procedimiento.

Lo más obvio es que el procedimiento destruye dos embriones para producir un tercero genéticamente modificado. Dado que se trata de una nueva tecnología, no hay manera de saber cuál sería el impacto en la salud del niño producido con esta técnica experimental del tres parentales. El niño nacería con ADN del padre, de la madre y de la mujer que dona (o vende) su óvulo.

Por otra parte, las modificaciones en la línea germinal, pasan a las generaciones futuras; algo que nunca se ha hecho antes. Mientras que los autores de este procedimiento justifican la modificación en la línea germinal porque elimina los rasgos indeseables que pueden conducir a una enfermedad (en el ADN mitocondrial), se abre por primera vez virtualmente futuras aplicaciones eugenésicas en la línea germinal, que podrían perseguir el insertar factores deseables. Esto justificaría la producción de niños modificados genéticamente con “caracteres mejorados”.

Finalmente, está el problema del riesgo a las mujeres jóvenes sanas que se está pidiendo que donen sus óvulos. Si el procedimiento del “tres parentales” resultara eficaz y llegara a convertirse en rutinario, la cantidad de óvulos que este procedimiento requeriría sería considerable, además del enorme número de óvulos necesarios para realizar la investigación necesaria para desarrollar la tecnología.

Los riesgos de conseguir los óvulos fuera del cuerpo de una mujer (click aquí) están presentes a corto y largo plazo, dado que las mujeres han de someterse a inyecciones de hormonas de gran alcance para estimular a los ovarios a que produzcan muchos óvulos en un ciclo. Entre los muchos riesgos conocidos de este procedimiento, el más severo es el “síndrome de la hiperestimulación ovárica” (OHSS), que en casos raros puede causar la muerte. La literatura médica indica que las mujeres jóvenes tienen mayor riesgo para desarrollar OHSS, justamente a las que se invita a esta práctica.

Además, existen riesgos asociados a la anestesia y la cirugía necesaria para extraer los óvulos. Los riesgos a más largo plazo, tales como el riesgo del daño a la propia fertilidad de las donantes o el riesgo de desarrollar un cáncer, son más desconocidos debido a la falta de estudios previos. El informe del 2006 sobre “Assessing the Medical Risks of Human Oocyte Donation for Stem Cell Research”señala lo poco que se sabe sobre estas mujeres porque no hay supervisión ni registros de seguimiento.

Los riesgos para la salud de las donantes de óvulos son serios y no se conocen completamente. Debido a la carencia de registro y seguimiento de las donantes, no se divulgan los casos de complicaciones en la literatura médica; por lo tanto los riesgos se subestiman. Esta carencia del estudio académico y de publicaciones evaluadas sobre las consecuencias para estas mujeres hace claramente imposible el consentimiento informado. Unido a los planes del pago por óvulos hace que el consentimiento informado sea aún más coactivo. Las mujeres que tienen necesidad financiera, aunque se las informe de  los riesgos, asumirán los riesgos solo debido a sus necesidades económicas.

Hasta que se hayan hecho las investigaciones necesarias para entender los riesgos a corto y a largo plazo a las mujeres jóvenes sanas, sería una irresponsabilidad pedir a nadie que se preste a una aventura científica experimental con pocas garantías de seguridad. A diferencia de un tema de investigación en un ensayo clínico, con protecciones y salvaguardias incorporadas, aquí la donante de los óvulos se ve como un mero abastecedor de un recurso necesario. Los conflictos del interés entre los investigadores que estimulan esta alta demanda de óvulos deben ser una bandera roja.

La meta de eliminar las enfermedades mitocondriales es loable. Con todo, los avances en ciencia no deben venir a costa de una pérdida de humanidad. Permitir este procedimiento haría más daño a la larga a esa humanidad, pues sería un paso importante hacia la ingeniería y la instrumentalizaciòn de la vida humana.