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Aforados: Del Rey abajo, ¡Ninguno!

Por José Manuel Belmonte (Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa)

El magistrado jubilado Luis Segovia López, ha dicho: “Todos los españoles somos iguales ante la ley, menos… los aforados”. Luego, están falseando e incumpliendola Constitución en su artículo 14: «Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social».

Todos al descubierto, sin más protección que la luz. Que no se arrugue nadie. Arriba las alfombras. Con privilegios, ni el Rey ni el último súbdito del reino. Fuera la coraza protectora de la inmunidad. Todos sin miedo a la libertad. Que nadie sea más que otro ante la Justicia, ni ante Hacienda. Todos iguales y libres. “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos, con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar” (Cervantes).

El ingenio de este país desde Lázaro de Tormes, ha degenerado en un virus de ingeniería contable  y balances fraudulentos en Empresas, Cajas y Bancos, Ayuntamientos y Comunidades Autónomas. Proveedores, inversores y clientes se han visto atrapados, porque se han falseado cuentas y se han llenado cajones de facturas sin pagar. Ni siquiera el estado contable de las Cuentas del Estado, eran el que dijeron, al dejar el gobierno. Ni la Supervisión del Gobernador del Banco de España, ni el Tribunal de Cuentas, ni los Supervisores del Mercado de Valores, ni los Interventores, ni el mismísimo Ministro de Economía de ZP hicieron lo que debían. ¿Y… así seguimos? Ayer mismo se hundía otra empresa, Gowex. El Ministerio de Economía inhabilitó al socio auditor de Gowex en 2010 pero la Audiencia Nacional revocó la decisión. ¡Ojo a la justicia!

Los Sindicatos, teóricos defensores de los trabajadores y de sus derechos, robaron a los pensionistas, a los parados, a los estudiantes y  a los comercios.  Se han embolsado los dineros de la formación y siguen  protestando contundentemente contra los recortes. ”Se trata de una trama preparada para robar, literalmente, dinero dedicado a formar a los parados”(EL MUNDO, 09-07-2014). ¿Qué defienden, a quién y con qué cara?

La “casta política” acumulando suculentas sumas de cohecho, recalificaciones y privilegios e indemnizaciones presentes y futuras, se llevan los dineros y tributan, (para dar ejemplo),  a paraísos fiscales. Y siguen recibiendo subvenciones. Recibieron 273,1 millones en subvenciones públicas y recaudaron 70,92 de manos privadas, de los que 6,41 millones fueron donativos. Es decir, 4 de cada 5 euros que manejan son “nuestros, de todos.”.  A pesar de ello, en 2011, 18 formaciones políticas cerraron el ejercicio en quiebra técnica. En 2012, seguían en quiebra nueve partidos, consaldo negativo conjunto  de 42,5 millones de euros. Para ellos los bancos SÍ dan créditos, o condonan intereses.En base a esas suculentas subvenciones, reciben préstamos, con los que compran, venden y hacen ERES. El PSOE, según el Tribunal de Cuentas, debe 71,6 millones. Entre todos los partidos deben 237 millones a la banca. Mientras,el español medio dedica cerca de cinco meses de trabajo a pagar sus impuestos.  Y si deja de pagar la hipoteca lo desahucian. ¡Eso entienden por igualdad!

Universidades que piden el rescate y vuelven a los tres meses a pedir lo mismo porque la administración de los recursos no está entre las prioridades de sus responsables. Huele muy mal por allí, y no solo por los sótanos de los “horrores”, donde los cadáveres han tomado protagonismo y salen del armario a los pasillos. ¿Puede extrañar que ésa y otras universidades españolas pierdan competitividad y liderazgo? ¡Más ideología y menos sabiduría!

Bajo el paraguas de los privilegios, la corrupción ha creado una sociedad paralela de trepas y vividores, a costa del erario y del dinero ajeno. “Han perdido la honra”, y “hay que aventurar la vida”, para saber la verdad y recuperar la igualdad y la dignidad. Se han vulnerado las normas mínimas de conducta, que el ciudadano entiende deben ser de obligado cumplimiento en puestos de responsabilidad.El PP no se atrevió a hacer una auditoría, para que todos pudiéramos saber la realidad.  ¿Por qué? ¡Se tapan unos a otros!

 Por eso “la putrefacción del Tribunal Constitucional, la intrusión de los partidos en el Consejo del Poder Judicial, los estragos producidos por partidos y sindicatos en las Cajas de Ahorros que las han llevado a la ruina con total impunidad de los responsables enriquecidos, las marrullerías intervencionistas y bananeras respecto a los medios de comunicación, la inanidad del Tribunal de Cuentas…, los obscenos indultos a los políticos corruptos, han ido envileciendo la calidad de nuestra democracia”( La Gaceta 08-07-2014).

 Según el barómetro delCentro de Investigaciones Sociológicas (CIS) elaborado entre el 2 y 12 de junio, la preocupación por la corrupción sube tres puntos, entre los españoles. Es la segunda preocupación, después del paro. El gobierno está intentando reducir el paro.  Pero el ciudadano no percibe que se combata con la misma intensidad la corrupción. A menos de un año para terminar la legislatura, sigue creciendo la preocupación.

 El veneno de los más de 10.000 aforados, y de los que se han subido a la parra gracias a la “dedocracia” del poder de turno y el amiguismo, ha llevado a España a la ruina económica, a la ruina moral, la desvergüenza y la irresponsabilidad.  Se aumentaronde forma sospechosa las plantillas de sus sociedades y fundaciones públicas. Aunque no tenga ningún sentido mantenerlas, el café para todos-autonómico-, ni tocarlo. ¡Ellos ganan!

No creo  que haya que plantear alternativas, como ha sugerido al Gobierno el presidente del CGPJ, Carlos Lesmes, porque los aforaros parecen «demasiados». ¡Lo son! La alternativa no es “reducir los aforados”, sino “eliminarlos totalmente”.  Son los intocables. Un cargo público corrupto solo puede ser juzgado en los tribunales superiores. Que a la vez son aforados. Porque “se considera aforada a aquella persona que, por razón de su cargo, no puede ser juzgada por el mismo tribunal que correspondería a cualquier otro ciudadano”. Bueno, pues, el cargo no hace “desiguales” a los ciudadanos. Emplearnuestros talentos y capacidades de forma útil para los demás, da prestigio y a nadie ofende. Emplear el “puesto” para delinquir es un “agravante” que nunca debe contar con una escapatoria de encubrimiento, sino con una justicia ejemplar y un castigo ejemplar. Pero la justicia no es igual para todos.

 La primacía siempre debe estar en la honradez, la responsabilidad, la entrega a los demás y en el trabajo bien hecho. Eso, no necesita ser juzgado, porque salta a la vista. La justicia tiene que intervenir cuando un ciudadano -en un puesto alto o bajo- se comporta de forma inadecuada, de forma contraria a la ley, o de forma irrespetuosa  e irresponsable. “El cargo” no se juzga, porque no delinque. El ciudadano que ostenta un cargo eminente tiene más motivos para comportarse de forma correcta, porque es un referente; justamente lo contrario de un privilegio.

 Sus sueldos, en general no han ido en proporción a su capacitación, su valía y su dedicación, ni su conducta. Si han fallado estrepitosamente, el pueblo no está obligado a agradecerles eternamente lo que no han hecho bien. Y si alguno lo hizo bien, esa es la mejor recompensa: su conciencia y la historia, como premio.

 La credibilidad de España ha quedado en entredicho. La realidad de España, gracias a la irresponsabilidad de los “políticos veteranos” y a la deriva de los “candidatos parvularios”, es irreconocible. Propuestas de “quita y pon” lideran la supuesta renovación para liderar el país.

Los aforados, no van a renunciar voluntariamente a nada, aunque les pillen infraganti, como a los sindicatos, alcaldes, y políticos de toda laya. Hay que forzar el relevo. Hay que instar a los jueces que hagan su trabajo sin acepción de personas, ni sobres  o prebendas, pero también sin acosos, ni escraches. Hay que poner en sus manos medios humanos e instrumentos y material para que actúen sin demora. La justicia que algunos tienen interés en que se demore, porque los delitos prescriben, no es justa.  No se olvide, más de la mitad de los aforados pertenecen  a “la casta de la toga”, cerca de seis mil.

 ¿Alguien se extraña que haya pueblos que se toman la justicia por su mano? Leo en Internet: “Despuésde que los vecinos quemen sus casas, la Guardia Civil detiene al clan de “los chorizos”. ¡Haberlo hecho antes y no habría pasado eso!”. Por si no estaba claro alguien comentaba:”es que tenemos unos agentes "del orden" que han perdido motivaciones y no actúan, porque arriesgan sus vidas inútilmente ya que los jueces sueltan a los apresados tan pronto están cinco minutos en comisaría, y la sociedad está harta de ver que los delincuentes están más protegidos que las personas normales y decentes”.

 La Justicia merece, pues, una consideración especial. La enfermedad que padece este país, no se llama “corrupción”, se llama “justicia”. Politizada, ni es independiente, ni es justa. Olvidan que también la justicia procede del pueblo, desde la más remota aldea, a la Audiencia Nacional, o el Consejo General del Poder Judicial. Su actuación, a veces da argumentos a los vándalos.  Editorial de EL MUNDO, (08-07-2014): “Si los escraches son reprobables, la coacción a todo un Parlamento sólo puede interpretarse como un ataque a la democracia. Con esta sentencia (absolutoria) la Audiencia Nacional justifica a los vándalos y hace un flaco servicio al Estado de Derecho”. ABC (09-07-2014: “la graban robando a su empresa y el Tribunal Supremo declara nulo su despido”. Las decisiones judiciales que ¿ayudan a crear empleo y  civismo?

 Dicho lo cual, quiero romper una lanza en favor de  aquellos jueces honrados (¡Existen!) que día a día se esfuerzan en administrar Justicia, en malas condiciones de trabajo y de salud.

Ninguna corrupción, debe prescribir, nunca; sea el corrupto de derechas, de izquierdas o de centro no debe quedar impune. Sacarlos a la luz es la única forma de higiene democrática, ética y regeneración social. La corrupción existe porque se tapa, y la tapan los corruptos. Las personas normales no tienen nada que ocultar, ni a Hacienda, ni a la Ley. Los abusos, por activa o por pasiva, ¡que se paguen! ¡Están tardando!

 Tiene que haber responsabilidades penales, civiles, administrativas y de los medios de comunicación. Nada sucede por casualidad. Hay culpables. Entre todos tenemos que ser capaces de llevar a la luz las cloacas del Estado y las cuentas falsas de empresas. Los inspectores, los empleados, los jueces y los medios también han fallado o han sido comprados. Que cada palo aguante su vela. Hay que salir de la crisis sin miedo  a que se sepa la verdad. El pueblo en las elecciones europeas dijo, ¡basta!