El sexo y las leyes

Editorial publicado en Nature el 10 de Junio de 2015

Un informe de Suráfrica sobre la ciencia de la sexualidad humana y sus implicaciones para la adopción de decisiones legislativas lleva a los países africanos un paso más cercano al enfrentamiento con los leyes que criminalizan la homosexualidad.

El lema de la Academy of Science of South Africa es: “Aplicando el pensamiento científico al servicio de la sociedad.” Hay muchos tipos de pensamiento científico, por supuesto, y no todos sirven a la sociedad particularmente bien. El pensamiento científico sobre la homosexualidad, por ejemplo, tiene un confuso pasado.

Hasta mediados de los años setenta, la American Psychiatric Association incluía la homosexualidad en su manual de desórdenes mentales. Las revistas científicas estaban llenas en ese entonces de informes de casos de psicólogos y médicos que intentaban revertir el comportamiento sexual a personas gays. Un nuevo libro, Curing Queers’: Mental Nurses and Their Patients, 1935–74 ` de Tommy Dickinson, detalla casos de tal terapia en el Reino Unido donde los psicólogos intentaron borrar el comportamiento homosexual, asociándolo a sensaciones desagradables, incluyendo el dolor.

El pensamiento científico acerca de la homosexualidad, y otros temas sobre el sexo, la sexualidad y el género, se ha movido considerablemente desde entonces, extendiéndose a muchas sociedades. El mes pasado, Irlanda se convirtió en el último país que legalizaba la unión entre personas del mismo sexo. La ciencia no ha intervenido en esta decisión, y ¿porqué debería haberlo  hecho?

Desafortunadamente, nadie lo ve necesario. La ciencia - o, más exactamente, una versión dañada del pensamiento científico - todavía se utiliza como capote para prejuzgar la persecución a los homosexuales en países de África y otros lugares. En febrero del año pasado, por ejemplo, la oficina de prensa de la casa presidencial del estado de Uganda anunció formalmente que el Presidente Yoweri Museveni debía firmar una “declaración anti-gay después de que los expertos habían demostrado la inexistecia de conexión entre la biología y la opción gay”.

El pensamiento científico es que, como los investigadores no han encontrado un gen específico asociado a la homosexualidad, la ciencia no puede afirmar que se es gay por nacimiento. Y si no se nace gay, la lógica conduce a afirmar que la homosexualidad es una opción de forma de vida. Y los estados tienen derecho a criminalizar un cierto comportamiento. “Deseo una respuesta científica,” dijo el Presidente, “no una respuesta política.”

Como se publica en Nature el 10 de Junio, [artículo de Linda Nordling:«African academics challenge homophobic laws. Scientific report demolishes assertions used to back criminalization of homosexuality» Nature (2015), 522: 7555], ahora está disponible una respuesta científica a esta pregunta. La Academy of Science of South Africa ha publicado un estudio científico comprensivo de la sexualidad humana y las implicaciones para la política (véase go.nature.com/q3rr4k). El informe echa por tierra la mentira política de que las leyes anti-gay son apoyadas por evidencia científica. Y demuestra que, contrariamente a las demandas de la salud pública de los políticos que desean criminalizar la homosexualidad, tales esfuerzos legislativos tratan de combatir la expansión del VIH y de otras infecciones de transmisión sexual.

“El estudio no ha encontrado ninguna evidencia de que la homosexualidad es cualquier cosa con excepción de una característica en un espectro de la sexualidad humana.”

¿Qué trascendencia tiene este informe? Sería ingenuo contar con que el argumento racional - pensamiento científico - puede sustentar las actitudes venenosas que conducen al odio y los prejuicios. Pero el informe, si se distribuye extensamente, puede todavía actuar como herramienta útil para los que tengan el valor dentro de África de oponerse a leyes injustas.

Como precisa el informe hay precedentes. Suráfrica bajo el régimen del apartheid, y otros lugares, intentarom justificar leyes contra uniones de personas de diferente raza por razones científicas y de salud pública. El ‘orden natural’ exigió que cada uno se relacionara con sus propios grupos étnicos y raciales. Contradecir tales demandas no desmonta el régimen que las sustenta, pero ofrece la munición para minar la legitimidad que tales regímenes pueden hacer. La ciencia ayuda a quitar el manto que oculta las verdaderas motivaciones, que afean tal discriminación racial (y continúa haciéndolo, pues la discusión sobre que las familias ‘mixtas’ producen más familias desestructuradas que las no-mezcladas todavía aflora de vez en cuando). Y puede ser parecido lo que ocurre con la retórica anti-gay.

No es un tema fácil a tratar por los científicos en África. La Academy of Science of South Africa merece el gran crédito para tomar este asunto.. El crédito, debe extenderse también a la National Academy of Sciences de Uganda

Museveni tiene la respuesta científica que él solicitó. En una frase señalada muchas veces en el informe, en el que se lee que, el estudio “no encuentra ninguna evidencia” de que la homosexualidad no sea otra cosa que una característica del espectro de la sexualidad humana. De hecho, cuanto más se aplica el pensamiento científico al sexo más claro se hace que la evidencia apunta hacia la mayor diversidad como norma, no como un número determinado culturalmente de opciones selectas.

Comparta el informe y sus resultados. Sus conclusiones, a quienes respeten la evidencia científica, pueden ser irrelevantes. Pero a veces repitiendo lo obvio una y otra vez se podrá conseguir que la gente escuche lo que puede ser la mejor forma de que el pensamiento científico sirva a sociedad.

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Comentarios

Respeto a los datos de la ciencia

Por Nicolás Jouve, Catedrático emérito de Genética

El artículo en sí tiene un cierto sesgo de defensa de la homosexualidad o por lo menos de no justificar las leyes que combaten la homosexualidad, lo cual puede entenderse desde una perspectiva social respetuosa con la diversidad.

Particularmente me quedo con dos datos que me parecen relevantes: a) que los investigadores no han encontrado un gen específico asociado a la homosexualidad, y por tanto, la ciencia no puede afirmar que se es gay por nacimiento. O sea que el gay se hace, no nace. b) que la ciencia no debe ser utilizada nunca, ni a favor en contra de una determinada ideología, sino que sus datos deben ser en todo caso tenidos en cuenta para la elaboración de leyes justas…

Trasladado a otros asuntos: la vida empieza en la concepción, no cuatro, ocho o más semanas después… por lo que las leyes deben protegerla desde su inicio. Los embriones humanos no son un amasijo de células, sino una vida humana en las primeras etapas de su desarrollo… por lo que las leyes deben protegerle como “uno de nosotros”… y así sucesivamente.

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